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martes, 3 de agosto de 2010
Qué calor
lunes, 12 de julio de 2010
¿Con quién vas a ver el partido?
domingo, 13 de junio de 2010
Cosas que contar
viernes, 28 de mayo de 2010
La que está cayendo
martes, 11 de mayo de 2010
Mallorca
sábado, 1 de mayo de 2010
Mi cumple
Cumplo años lleno de cariño y afecto, me compensa de los últimos días en los que he estado algo bajo; uno sale de todo, de lo que haga falta. De lo que no se sale es de la inevitable. Este año no celebro nada, sin embargo es extraño, pues este año tendría que festejar un nuevo cumpleaños después del horror vivido. Pero me doy cuento de que ya celebro el amanecer de cada día, y cada momento que vivo y disfruto.
Uno tiene que aprender a decir no; ese es el lema de este nuevo año.
Por lo demás, días maravillosos de campo, de olor a tierra mojada y rodeado de cosas sencillas, Madrid me mata como a todos y a veces hay que huir y largarse con viento fresco.
Así que regreso lleno de energía; mis proyectos de trabajo me tienen ya ocupado; mi mente no para de idear cosas novedosas, hilando esto y aquello, ahora estoy en ordenar todo el brain-storming que me ha llovido todos estos días atrás. La abogacía me aburre un poco y necesito creatividad para sentirme satisfecho; también debo decir que a veces sé que puedo dar la sensación de que se me va la pinza, pero no es verdad.
A propósito de pinzas que se van, voy con Celso a ver " La Isla Interior", maravillosa creación de Sabroso y Ayuso; los directores canarios dejan a un lado la comedia y narran con crudeza la historia de una familia marcada por las enfermedades mentales; las interpretaciones son espectaculares, el contenido durísimo, tengo gente cercana que pasa por lo mismo; los brotes, la medicación... todo eso lo cuenta con maestría la pareja canaria y sin salirse ni un palmo de la espantosa realidad que supone todo eso.
También voy a ver a mi querida Salander en la tercera parte de "Millenium"; bueno, no puedo ser objetivo, Lisbeth Salander es mi heroína del siglo XXI. Hablando de suecos, leo el útimo de Mankell, " El ojo del leopardo", que no está mal, pero echo de menos a Wallander, a quien el escritor mató en su anterior novela, " El hombre inquieto". El entrañable y viejo inspector tenía cuerda para rato, pero su creador dejó que se consumiera por el alzheimer, él sabrá por qué. Murakami espera en mi mesilla de noche.
El funeral de nuestro amigo Carlos se convierte en un acto de sociedad lleno de amigos y conocidos, donde después se toman vinos y cañas al lado de la catedral; es lo que él hubiera querido. Carlos ha dejado huella y esa es la mejor manera de que uno se marche, le echaremos mucho de menos.
Me toca volar con Ryanair, vale, no me quedaba otra. No tengo nada contra las low - cost, me encanta EasyJet, pero ésta.... lo de esta gente es tremendo. Leo en prensa que sus resultados no han sido muy buenos..... cielos, me echo a temblar sólo de pensar por dónde van a ahorrar costes ahora... ¿Pondrán unas máquinas de café en el pasillo?
Y....llegó el calorcito, aunque no parece que vaya a durar mucho, y lo celebramos en la terraza del Oscar con la viuda de Cliquot.
miércoles, 14 de abril de 2010
Castilla Verde
domingo, 4 de abril de 2010
La Pascua Triste
jueves, 18 de marzo de 2010
Que no se hable de Dios
martes, 23 de febrero de 2010
Nada especial
Desde que publiqué la última entrada en el blog no he parado. Voy con Maria José a ver "A Single Man", la de Tom Ford, que me gusta pero no me encanta; es muy estética, eso sí, como no puede ser de otra manera siendo quién es el director, y tiene planos inequívocamente almodovarianos. La interpretación de Colin Firth y Julianne Moore es lo mejor de la película. Nado ya al mismo nivel anterior a la operación, llevo ganados ocho kilos y medio, me encuentro genial. Me reúno, trabajo, voy ganando en fuerza y operatividad que durará... ojalá mucho. Otra noche ceno con ex Audelis y se viene mi sobri, después tomamos una copa en Why Not, que no estaba muy divertido esa noche. Al día siguiente un compi del cole y de universidad me invita a su cumpleaños y hay muy agradables reencuentros con gente que parece que no ha desaparecido nunca de la vida de uno. Ya el viernes, Dani y yo nos marcamos una cena mano a mano en Casa Fidel; Javier Blasco es el dueño pero no se le nota, ejerce de anfitrión de manera discreta; la carta es excelente y el precio más que adecuado. Luego vamos a Gift, que habíamos quedado, pero nos vamos pronto porque el humo del local se hizo ya irrespirable. Aparecimos en Liquid, donde hay que hace cola para dejar el abrigo, para hacer pis, para recoger el abrigo, para pedir una copa... mira, que no me compensa ya, coño; pero hay que decir que el personal está muy bien y la música mejor. El resto del fin de semana me dedico a vaguear, dormir y leer; termino todas las obras de Mankell, me da pena no leer más al viejo y astuto Wallander, pero su autor ha decidido finiquitarle, él sabrá por qué. El sábado, cenita con amigos y luego a echar unos dancings por ahí, pero al final te desgañitas la garganta charlando y se baila poco. El domingo termino la semana con un latinazo, o sea, un par de sitios de tarde de la Latina que están apetecibles. Y también voy a ver "Invictus" que no tiene demasiada buena crítica pero que a mí me ha gustado mucho.
Se me cae la cara de vergüenza viendo la final de la Copa del Rey de baloncesto entre el Madrid y el Barça, cuando unos cerdos empezaron a pitar a los Reyes; lo mismo pasó el año pasado, en la final de la Copa del Rey de fútbol entre el Barça y el Bilbao, cuando otros cerdos, vete tú a saber si algunos coinciden, sujetaban pancartas en inglés diciendo que ellos no eran españoles, y pitaban escuchando el himno nacional; sin embargo, sus equipos juegan ambas Copas del Rey. Yo, como soy medio cántabro y medio castellano, nacido en Madrid, no me toca para nada el discurso nacionalista, y es más, me aburre bastante, pero me cabrea que se pite en público a los Reyes en estos actos; que no vayan si no están de acuerdo, pero resulta que los equipos a los que apoyan juegan y seguro que es un honor para ellos. Mucha vergüenza ajena, la misma que debieron sentir mis buenos amigos catalanes y mis buenos amigos vascos.
La semana empieza con una cena con buenos amigos, ya sabes, Isabé, unas risas.