viernes, 23 de enero de 2009

Cándida

Este título de mi blog no tiene nada que ver con la Cándida de los Gomaespuma, esa entrañable tata que tenían en casa de Guillermo Fresser y con cuyas historias nos hemos partido todos de risa. El libro "Cuando Dios aprieta ahoga de verdad " es una joya de paridas encadenadas. Ya no están los Gomaespuma, y aunque su fundación continúa viva, Cándida y sus cosas han dejado de delitarnos. Ojalá vuelvan sus críticas de cine de Cándida, memorables.
Tampoco tiene que ver este título con la fantástica novela de García Márquez " La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada", que forma parte de mi colección de García Márquez, tengo toda su obra; bueno, pues aunque podría contar maravillas de este libro, tampoco es este el espacio adecuado. No, no, el título de esta entrada no tiene nada que ver ni con Eréndira ni con la zorra de su abuela. No; la cándida es un hongo... y me han dicho que tengo candidiasis.
Cuentan que es la epidemia del siglo, es un hongo que todos tenemos, parece que yo en los intestinos, y por eso a veces estoy molesto. Pues eso, el régimen que me han puesto es tremendo, hala, al herbolario a comprar pan de centeno, leche de arroz y aceite de sésamo. No sé si podré aguantarlo, porque además tengo una intolerancia alimenticia a otros alimentos; joé, no puedo comer casi nada, vamos a ver si nos arreglamos y vamos saliendo poco a poco de esto. Me voy a quedar en los huesos, isabé.
Bueno, pues esta semana tranquilita, ayer con Belén de charla entrañable, antes el cumple de Begoña y hoy comida con Alex. Iré al teatro a ver a Terele Pávez, a ver qué tal.
Qué mal tiempo hace, en Santander hay unas olas que llegan hasta el Casino; Mariajo, ve con cuidado a ver si se nos van a llevar a Lupe.
El domingo hay comida con los niños aquí en casa, y la semana que viene me toca hacer de celestino, a ver si cuadra.

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