Soy lo peor

Hay que ver qué de cosas, para empezar, qué asco me doy que no he sido capaz de seguir el blog en todo este año, es que perdí la configuración, la contraseña, todo eso.... tampoco es excusa, pero es lo que hay.
En enero estuve en París, mi querido amigo ha sido cesado de su gran puesto, ya sabes, las venganzas, revanchas políticas, qué más da que sea un super profesional, eso no importa. También en Canarias un par de veces, y en Grecia, que no os lo he contado, pero agarré mi mochila y me piré, maravilloso.
Atenas en marzo, a 20º y fresquito por la noche, con pocos turistas, es deliciosa. Redescubrí la Acrópolis y pateé la ciudad; descansé, reflexioné, leí... me vino de maravilla. Lo que pasa es que contando esto me descubro un poco, porque a determinada gente les dije que me iba de trabajo, pero no es verdad, me fui de ocio total, con mis billetes gratuitos y de tranquis.
Me incorporo a una nueva compañía aérea como asesor de presidencia, trabajo como un mulo; además, mis cosas, mis clases, pero, evidentemente, no me quejo en absoluto.
Al volver de Grecia  me revisan, todo perfecto, que es lo más importante, gracias a Dios y a mis orishás, y además, me encuentro cada día mejor.
Y me ofrecieron matrimonios, pero era mentira, pura frivolidad.
Gracias a la vida, que cantaba Mercedes Sosa.