sábado, 14 de marzo de 2009

Un verano de marzo

"Adivínase el dulce y perfumado calor primaveral", rezaba Rosalía de Castro, qué idóneos son sus versos para este preludio de buen tiempo que tenemos ahora. Las calles están llenas de bermudas y hombros al aire, aunque es un poco pronto para eso; se han abierto algunas terracitas y en Chueca se toma el aperi al aire libre, mezcla de modernos, gays adinerados, gays menos adinerados, lesbianas aguerridas, lesbianas más finas, canallas, borrachos de la zona y familias con niños. Chueca sigue siendo un reducto irreductible dentro de la ciudad.
Aprovechando este tiempo, los chicos de la pandi comimos en la terraza de los Pochi's, en La Latina, admirando los tejados de Madrid dirección Extremadura. Poca cosa, unos pollos con ensalada, todos más o menos a dieta, que cuesta mucho. Risas, conversación, un novio nuevo de alguien, en fin , la cotidianeidad de la vida.
El martes, como siempre, a mi cita en Why Not, donde me encuentro a personajes sorprendentes. Siempre es divertido. Días de natación, trabajo, me vuelvo a poner la toga en una sala de vistas después de un montón de tiempo. Qué pereciña me da, qué poco me gusta. La semana se va sucediendo sin parar, un cine, un cocktail, mi primo Pereda de Castro presenta en Casa de Vacas su exposición de esculturas al aire libre. No deja de sorprenderme y os recomiendo una visita, ahora que se pasea tan bien por el Retiro.
Los del cole quedamos en Sotosalbos; una de nosotros vive allí y vamos a verla. Tomamos el aperitivo en un jardín al aire libre, recordamos viejos tiempos, vemos fotos, ¡cielos! son casi 30 años de amistad... uno se da cuenta de cómo ha pasado el tiempo, parece mentira que Lucía esté ya con dos niñas creciditas. Ella, que era la más moderna, que íbamos a Rockola y escuchábamos a Aviador Dro a principios de los 80, ha terminado viviendo en el campo más feliz que otra cosa. En mi adolescencia amé a Lucía.
En mi revisión cancerosa me dan un año más de no aparecer por allí... que maravilla, no acabo de creérmelo. La ciencia es milagrosa, mira lo que ha hecho con los hermanos de Sevilla; el nacimiento de Javier ha salvado la vida de su hermano Andrés, el mayor... claro que la Iglesia y los más extremistas del PP han puesto el grito en el cielo... y me pregunto: ¿perdonará Dios a esta gente que se opone a la vida? ¿No será mejor que se salven vidas a costa de células embrionarias, que no suponen nada? Pues esta reflexión dejarán de hacérsela cuando les toque a ellos un caso como éste; mucha defensa de la vida, pero las del Opus y por ahí eran las primeras que iban a Londres a que abortaran sus niñitas. En cualquier caso, qué importa lo que digan, mira qué bebé más hermoso, ha venido al mundo a salvar a su hermano, y se llama como yo. Estos niños, sus padres y los científicos que andan detrás de todo este milagro seguro que tienen ya un lugar en el cielo, aunque los extremistas quieran enviarles al infierno.

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