sábado, 20 de diciembre de 2008

Compañeros de viaje

Desde que mis padres no están detesto la Navidad; por eso cada año me piro lo más lejos posible. Buenos Aires, mi segunda casa, suele ser mi destino, la cena en casa de los Kohan con Ana Raggio, el calorcito, el asado el día de Navidad en bañador... en fin, tantas cosas. A La Habana me fuí con una tripu de Audeli, lo pasamos estupendamente. Este año como que no se me ha arreglado, de momento... pero todo se andará. Mis adorados hermanos me esperan en sus casas respectivas con los brazos abiertos, pero prefiero irme por mi lado, quizá suba a Santander con la family de allí, les hace ilusión que vaya. He pedido volar, igual hasta se me arregla y todo.
Hoy he tenido comida de amigos, la que hacemos mensualmente, siempre igual de bien, esta vez ha tocado regalo amigo invisible. Ayer cené con otros amigos y el jueves lo mismo. Nunca he sido muy de parejas, bien porque no me han querido, bien porque no he querido yo, pero eso es un libro entero, a lo que iba, que no he sido de liarme pero tengo un montón de buenos amigos, creo que más que la mayoría, y estoy muy orgulloso de ello... y de todos ellos, tan distintas y distintos, cada uno de su padre y su madre... pero ¿sabéis qué ? Que son también mi familia...
Y mi familia elegida, meditada, unos y otros nos hemos hecho a nosotros mismos, con nuestras manías y nuestras cosas. Y seguimos ahí, y vamos haciéndonos mayores y ahí estamos, año tras año, la vida es un viaje que hacemos todos, llevamos en el corazón a los que se han ido. Algunos se han quedado en el camino porque no nos interesaban. Probablemente tampoco les hemos interesado nosotros a ellos. Y los hijos de mis amigos forman parte de mi familia también, algunos son ahijados tan queridos que ya la vida no tendría sentido sin ellos. Todos son mis compañeros de viaje.
Hay un concepto desarrollado de familia que va más allá del vínculo sanguíneo. Dos hombres, dos mujeres, tres personas, un grupete de amigos que conviven, dos hombres y un hijo, dos mujeres y sus hijos... son familia, porque quieren serlo, porque han fundado una institución que es su propia república independiente, que reza IKEA, sin que nadie les tenga que venir a regular sus cosas. Creo en esa familia que tengo, aparte de la mía sanguínea, a la que no cambiaría por nada en el mundo, pero necesito más vínculos, y los tengo. Mis adorables y adorados amigos saben quiénes son, y yo sé quiénes son ellos; no hace falta que nos digamos que nos queremos porque nos lo hacemos saber constantemente.
Ahora que uno de mis amigos queridos lo está pasando mal, nos turnamos para ir a verle y estar con su pareja, dar ánimo, no sé, estar ahí... y eso es familia aunque Rouco, Mme. Botella y sus legionarios de Cristo se empeñen en lo contrario.
En esta etapa de libertades que nos ha tocado vivir, vivo mi vida por la que doy gracias a Dios a diario, incluso por haber pasado un cáncer, que sólo me ha aportado experiencias positivas... y vivo esta vida rodeado de mis compañeros de viaje, sabiendo claramente que al final del camino nos tendremos unos a otros.
Feliz Navidad.

No hay comentarios: