lunes, 2 de junio de 2014

Coreando Madrid

Este año no he publicado, estoy hasta arriba de trabajo y cuando tengo tiempo libre huyo del ordenador; no he compartido ni contado nada aquí, aunque es verdad que este blog es muy mío, le doy poca publicidad... las mil cosas que pasan, que me pasan...
Estoy inmerso en un proyecto, se llama Victoria Airways, me encargo de crear un departamento nuevo, cada vez es más realidad. La ilusión de dar trabajo a personas que no lo tienen es, además, inmensa. Espero una victoria cercana y que este proyecto se haga realidad pronto.
Madrid, este invierno, ha sido divertido, lleno de eventos, salidas; poco viaje porque los sábados ensayo en un coro, ahora os cuento. La salud, bien, gracias, uf. Me reviso en unos días, una pereza... sin embargo me alegro cada día de haber superado el cáncer que ahora está minando a tanta gente cercana.
Victoria me tiene ocupado y los tribunales salpican diligencias y decretos al despacho casi cada día. Los juicios contenciosos son un coñazo, con jueces y fiscales cada día más maleducados y con una falta de empatía que lo flipo; lógicamente, hay excepciones. Y muy buenas, como en todas partes.
Hoy es el día de la abdicación; vale, uno no es muy monárquico pero parece que es lo que toca.
Madrid está de moda, dos equipos han jugado la Champions aquí al lado, por un día Lisboa cantó chotis en vez de fados. Madrid, de moda.
Pero Madrid, además, tiene otra cosa de la que estar orgullosa, y es su nuevo Coro de Hombres Gays, creado el pasado año y del que formo parte. En un principio me apunté porque siempre me gustó cantar, y acerté... pero además, la gente es estupenda y resulta que no se queda en una cosa como de aficionados, que ya hemos debutado en el Conde Duque y se avecinan más eventos.
Hay gente que no entiende esa cosa de agruparse bajo "lo" gay, etc... vale, es su problema, probablemente no saben de reivindicación, de posicionarse, de no bajar la guardia ante la homofobia que sigue existiendo, en menor medida, pero ahí está,  porque a Pablo se le ha ocurrido seguir una idea que ya existe en otra ciudades europeas y en USA. Y porque no nos importa lo que piensen los demás.
El 31 de mayo fue un día especial, emotivo, familiares, amigos... se me saltaban las lágrimas escuchando a Chema contar su adolescencia, que es la mía porque ambos somos de la misma generación, donde todo era más complicado. Todos sabemos de humillaciones, insultos y rechazos. Ahora es todo más visible, más normal, más amable... y recuerdo emocionado a tanta gente de nuestra generación que ha muerto devastada por el SIDA, que no llegó a los nuevos tratamientos y que no ha podido quedarse a vivir esta sociedad de ahora que jamás se nos pasó por la cabeza.
En el Conde Duque, todos coreamos que sabemos amar, que hay que vivir la vida, nuestra vida, con ecos de Bizet, Tino Casal, movida madrileña, Broadway y Beatles, todo ello cocinado bajo las direcciones artísticas y musicales de excelentes profesionales y contándoselo a Madrid con labios de fresa.

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